MORENA según su estatuto es un partido político de mujeres y hombres libres de México que buscan el cambio en el país y esto supone el pleno ejercicio de la democracia, sin embargo desde el 2018 la democracia dentro de MORENA no se ha ejercido, se ha limitado a los pocos que quedaron dentro de la estructura burocrática del partido y se ha dejado a la mayoría de los Protagonistas del Cambio Verdadero que representan la parte de mayor importancia en el impulso de la 4T.
Se ha parado por completo el empoderamiento de los militantes de MORENA para el beneficio de unos cuantos que no han hecho su mayor esfuerzo para terminar de construir el Partido Movimiento que con tanto trabajo llevo a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia. Este secuestro del partido por parte de la dirigencia actual de MORENA está fundado en una interpretación unilateral de los estatutos del MORENA.
En el acto más reciente de la elección de los miembros que serán los encargados de realizar las encuestas para la elección de la próxima dirigencia se conto con la participa de un quórum de 146 concejeros, número que no representa la mitad más uno que se exige en los estatutos ya que el total de consejeros debe de ser de 300, pero con el pretexto de que en la actualidad solo hay 269 concejeros activos se dio por reunido el numero exigido por los estatutos. El problema está en que es responsabilidad del Consejo Nacional el de sustituir a los concejeros como lo manifiesta el articulo 41 inciso d mediante lo expresado en el articulo 29 inciso f. Por lo que en la actualidad se debería de contar con 300 concejeros activos y no solo con 269. Los números juegan un papel muy importante en las decisiones que se están tomando para el futuro de MORENA.
La situación actual del MORENA no es responsabilidad de Alfonso Ramírez Cuéllar ni Bertha Lujan, esta responsabilidad es de tiempo atrás, desde el 2018 cuando se tomo la decisión de cerrar el partido a la militancia y que en todo este tiempo no se haya hecho lo suficiente para depurar el padrón de militantes, además de impedir que las y los mexicanos que con su voto llevaron a MORENA al poder a que se incorporen a la militancia del partido.
La responsabilidad de todo este desgaste del partido viene desde la dirigencia de AMLO, pasando por Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján y el hoy presidente interino Alfonso Ramírez Cuéllar. Y la única manera de volver a la normalidad esta en lo que está establecido en los estatutos de MORENA, y ahí es donde los millones de personas que votamos por el cambio verdadero entramos en acción, tenemos que presionar que MORENA vuelva a lo fundamental y finalmente ocupe el lugar que le corresponde que es el de acompañar no al presidente, sino a los principios que este promueve, NO ROBAR NO MENTIR Y NO TRAICIONAR, por el bien de todos PRIMERO LOS POBRES.
ESTATUTO DE MORENA
Artículo 3°. Nuestro partido MORENA se construirá a partir de los siguientes fundamentos:
a. Buscará la transformación del país por medios pacíficos, haciendo pleno uso de los derechos de
expresión, asociación, manifestación y rechazo a las arbitrariedades del poder, garantizados por la
Constitución;
b. Que a las y los Protagonistas del cambio verdadero no los mueva la ambición al dinero, ni el poder
para beneficio propio;
c. Que las y los Protagonistas del cambio verdadero busquen siempre causas más elevadas que sus
propios intereses, por legítimos que sean;
d. Asumir que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los
demás;
e. Luchar por constituir auténticas representaciones populares;
f. No permitir ninguno de los vicios de la política actual: el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el
patrimonialismo, el clientelismo, la perpetuación en los cargos, el uso de recursos para imponer o
manipular la voluntad de otras y otros, la corrupción y el entreguismo;
g. La afiliación será individual, personal, libre, pacífica y voluntaria, sin corporativismos de ninguna
índole; sin que se permitan facciones, corrientes o grupos que vulneren la soberanía del partido, es
decir, su capacidad exclusiva de dirección general;
h. La exclusión de quienes se prueben actos de corrupción, violación a los derechos humanos y
sociales o actividades delictivas;
i. El rechazo a la subordinación o a alianzas con representantes del régimen actual y de sus partidos, a
partir de la presunta necesidad de llegar a acuerdos o negociaciones políticas pragmáticas, de
conveniencia para grupos de interés o de poder;
j. El rechazo a la práctica de la denostación o calumnia pública entre miembros o dirigentes de nuestro
partido, práctica que suele ser inducida o auspiciada por nuestros adversarios con el propósito de
debilitarnos o desprestigiarnos. Si existe presunción o prueba de faltas graves cometidas por un/a
militante o dirigente, quienes pretendan que se investiguen, y en su caso, se sancione, deberán
acudir a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, la que resolverá de acuerdo con los
principios y normas de nuestro partido.