México necesita una revolución. Pero no una revolución armada, pues en estas los ganadores son los que financian las armas mientras que los perdedores, como siempre, es el pueblo. Que con el sueño de un cambio entrega su vida y al final queda en el desamparo total, sumergido en la misma miseria en la que se encontraba en un principio.

Se requiere de una revolución cultural, cambiar por completo la forma de pensar y actuar ante la vida. Un cambio verdadero en la forma en la cual educamos a nuestros estudiantes. Debemos de dejar de producir trabajadores y empezar a desarrollar emprendedores. Generar el gusto por la educación y el deseo de superación entre la población. Crear la conciencia de que todos somos uno,  que avanzamos todos juntos o ninguno avanzará. Que la tranza, la mordida, la corrupción y cualquier actividad que afecte a uno, nos afecta a todos.

Esta revolución puede que ya haya empezado. Hay millones de mexicanos que ya piensan diferente y están actuando. Millones de mexicanos que han salido de México para buscar un futuro mejor, millones de mexicanos que estando en México trabajan arduamente para salir adelante, y en especial millones de jóvenes mexicanos que han empezado a alzar la voz. Solo es cosa de organizarse para que cada uno, desde su trinchera, libre las batallas que tenga que pelear, pero todos con el mismo objetivo. Una verdadera Revolución en México.