Desde que era niño he sido testigo del deterioro gradual de la vida en el país. Presidentes han llegado llenos de promesas que nunca cumplen, y se han ido con los bolsillos repletos de dinero dejando a los mexicanos en una pobreza cada vez más profunda.
De Este Lado del Muro pg. 2
No puede haber punto final. El grado de abuso al que ha sido objeto el pueblo mexicano no puede ser dejado a un lado pretendiendo que hay problemas más apremiantes. Entiendo que el objetivo del presidente López Obrador es el de estabilizar al país, pero si en verdad quiere erradicar la corrupción del país lo tiene que hacer desde sus raíces.
Los mexicanos tenemos que ser parte activa de la transformación de México, no podemos esperar que el gobierno lo haga todo, si bien es cierto que MORENA tiene la mayoría tanto en el senado como en la cámara de diputados, también es cierto que muchos de los integrantes de la mafia del poder contra la que contendió por la presidencia, aun siguen ocupando posiciones importantes en la vida del país.
Recordemos que fueron las televisoras las que han estado jugando un papel muy importante en la manipulación de la población. Los empresarios que se han venido enriqueciendo mediante la explotación de un pueblo cada vez más pobre.
Y lo que no debemos de olvidar nunca, la fuerza opresora del estado que ha cometido actos represivos contra aquellos mexicanos que lo único que querían era la tan ansiada libertad que hemos estado esperando desde el término de la revolución mexicana. Esa fuerza de a la que hoy se le pretende dar aun más poder, queriéndonos hacer pensar que por el hecho de llamarla Guardia Nacional dejara de ser una fuerza bruta capaz de cometer los más atroces crímenes. No debemos olvidar que los que mataron a los estudiantes en 1968, el Halconazo de 1971, la matanza de Acteal en 1997, Tlataya en el 2014 y los 43 de Ayotzinapa entre tantos otros fueron los soldados del Ejército Mexicano.
Quizás López Obrador no de la orden, pero eso no quiere decir que no sean capaces de volver a cometer esos delitos. Así como la corrupción debe de arrancarse de raíz, de igual manera se debe de hacer con la fuerza desmedida y violenta de las fuerzas armadas.
Se dice que un pueblo que no aprende de sus errores está destinado a repetirlos, muchas cosas han cambiado de cuando era un niño, hoy los niños ya no pasan tiempo en las calles por miedo a ser víctimas de la violencia, los gobernantes aun siguen haciendo promesas y aun no todos entregan su declaración de bienes. Es muy pronto para criticar al nuevo gobierno, pero nunca es pronto para actuar de manera participativa en este cambio que todos buscamos y mucho menos para exigir que no se repitan los excesos del ayer.